Cinco chorradas que a lo mejor no sabíais
¡Mi primer memo, qué ilusión! A instancias de CarlosPC (gracias).
1. Colecciono dos cosas. La primera son postales enviadas desde cualquier parte del mundo por amigos, familiares y conocidos. Suelo pedir a la gente que me envíe una postal cuando va a hacer algún viaje, aunque sea corto y yo ya conozca el destino. Así que por favor no te molestes si nos conocemos solo un poco y te pido que me envíes una postal. Tengo un par de cajones llenos de postales, pero debería recopilarlas y ordenarlas, porque no sé ni cuántas tengo ya. La otra colección que hago es de números de la antigua revista de tebeos de ficción científica 1984, que se editó en España (Toutain, Barcelona) entre 1978 y 1984, si no recuerdo mal. Aún hoy la revista me sigue pareciendo de un gran mérito; si ya es difícil mantener una revista de tebeos, encima de SF… ¡y además en pleno postfranquismo! 1984 reunió a algunos de los mejores dibujantes y guionistas, como Richard Corben, Horacio Altuna y Carlos Giménez. Por cierto, para terminar la colección de números ordinarios, especiales y anuarios me faltan cinco: 10, 24, 25, 27 y 30. Podría comprarlos a coleccionistas a través de Internet, pero no lo hago porque me gusta más pasearme por las ferias de libros antiguos de las ciudades (y también porque el día que termine la colección me va a dar un poquito de pena). Si alguien se siente inevitablemente compelido a regalarme algo, cualquiera de esos números me hará tela de ilusión (toma ya wishlist puñetera).
2. Siempre llevo las mismas cosas encima, y en los mismos sitios. Vale, es una manía. Si llevo la calderilla en el bolsillo derecho del pantalón en lugar del izquierdo me siento raro. Pero tiene la ventaja de que casi nunca he perdido nada; gafas, celular, cartera, llaves; cosas que veo que la gente olvida o pierde con relativa facilidad.
3. Una vez estuve despierto durante cuatro días y tres noches. Unas 88 horas seguidas sin dormir, excepto por una siesta de un par de horas que me eché el primer día. Se me juntó la entrega de mi proyecto fin de carrera con la despedida de un montón de amigos y con un viaje para el que tenía que preparar todo mi equipaje de diez meses. Conforme pasaba el tiempo estaba más y más sorprendido, porque no me sentía especialmente cansado. No tomé nada para mantenerme despierto, pero no tenía ningún malestar ni me quedaba dormido. Fue una experiencia interesante, aunque no pretendo repetirla a mis años.
4. Aprendí a tocar el oboe porque fue el primer instrumento que me ofrecieron en la escuela de música. Sé un poco de italiano porque mi media en la carrera no era lo suficientemente alta para irme de erasmus al Reino Unido o a Irlanda. Pero soy ingeniero en informática porque era lo que siempre había querido hacer y porque mi nota de selectividad fue muy buena.
5. Cuando termine de escribir esto voy a pasar el aspirador por mi cuarto, voy a coger la Northern Line hasta King's Cross y voy a volver a casa corriendo atravesando el centro.
Casi todos los bitacoreros a los que sigo son más viejos en esto que yo y están ya hartos de memes, así que no se lo paso a nadie.