Claudine es una grande
La Petite Claudine es uno de los RSS más dulces y estimulantes para el geek ilustrado.
En Santa Maradona le han hecho una entrevista.
Preciosa y lúcida, como siempre. Esta chica es un portento.
«Si te refieres a que cuándo entenderemos que cuando nos preguntáis por el signo del zodíaco en realidad nos queréis follar, te adelanto que ya lo sabemos. Pero es que, si nos hacemos las tontas, antes del polvo nos lleváis a cenar.»
«Hay momentos en la vida de uno en los que se presentan retos algo más complejos que la prima del pueblo o el mando del televisor. Algunos son necesarios, como la tabla de equivalencias de la temperatura, el centrifugado y los colores de la ropa. Otros, como Pynchon, no. Hay quien lo encuentra estimulante pero son pocos y apenas salen de casa.»
«La lencería perfecta no puede ser una tira para envolver paquetes. Mi favorita es de talle bajo, de la que deja ver las caderas y el punto en que la espalda se separa en dos. Como Sigourney Weaver en “Alien” después de esquivar al bicho.»
«De los tres grandes (Batman, Superman y Spiderman), yo me quedaría con Batman porque, a diferencia de los otros dos, sus poderes no provienen ni de un planeta muy lejano ni de una araña radiactiva sino de la sed de venganza y una disciplina ejemplar, que son mucho más fiables. Eso significa que está en perfecta forma las 24 horas del día (y no sólo cuando llama por teléfono o se pone las mallas), que no le viene la regla cuando le enseñan un pedrusco y que no habrá reacciones alérgicas raras. Además sabe llevar un esmoquin, tiene un mayordomo que cita a Joseph Conrad y es un supergeek.»
«En España, el partido socialista dio a entender en campaña que dejaríamos de mantener a la iglesia católica y que los colegios públicos cambiarían la asignatura de religión por algo más apropiado, como talleres de informática, cocina extremeña o danzas regionales. Después ganó las elecciones y cubrió el expediente legalizando la sodomía recreativa. Cuatro curas protestaron para darle colorcillo y todo el mundo se quedó tranquilo con la convicción de que el mundo es un poco mejor.»