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Dicotómico

· 4 min read

¿Oficio y beneficio o predecible y apacible? (podría no ser tan terrible, pero ¿merece la pena el sacrificio?)

Entre el diseño individual             el control de la necesidad y asumir los destinos             participar de las decisiones.

Entre máquinas y personas objetos y conversaciones sentidos y razones entre el hemisferio izquierdo y el derecho entre hemisferio norte y hemisferio sur.

Si el menú no sirviera opciones (o si al menos pudiesen contarse) si las supiese mesurar o si fuese yo estúpido sobraban todas estas líneas torcidas y ya habría optado medio camino hecho un empezar, el objetivo la ruta y su prioridad como hacen tantos sin lamentos como el menda sin indecisión y sin blog y el viaje no les sale mal. ¿Por qué, entonces, el ahogo?             Soy, ahora lo veo luminoso             probablemente estúpido, al final.

Más la circunstancia es contraria: me senté, abrí la carta             tomo rollizo inflado de menús empecé a leer hace mucho tiempo revisando ingredientes me gustan casi todos (menos los pistachos) (y la sandía) y aún sólo voy por la mitad de la introducción al primer volumen de los entrantes…

Porque todo me apetece del menú se me antoja y me encanta y lo deseo como al asno de Buridán:

Dibujar con el alfabeto admirar a los que saben pintar de verdad páginas de historias verdaderas en colores sintéticos, o al revés saber de otros que admiran igual leer todo de todos ellos escribir lo que aprenda más lo que me sepa inventar jugar con trastos que son un mundo cada uno los que se tocan y los que no todos los juguetes espectaculares que se pueden diseñar hacer otros trastos yo mismo que otros a su vez puedan usar hacer el amor por amor al arte o simplemente por gusto sobre cada pieza de mobiliario de nueve a seis y con más de tres no quiero decir a la vez (pero todo se puede ver) comer sin tenedor ni pan probar lo que me pongan vivir como un oriental en el cono sur de la Europa tropical tan lejos, es casi volver ya hablando raro juntarme con extravagantes a los que miran mal hasta que ésos me entiendan y entonces volver a empezar ser en paralelo a mis compañeros verlos crecer aún más que yo citarme cada año doquiera que estén saborear cada charla estrujar cada ciudad atrapando cada imagen que no quiero olvidar que es cada imagen sudar más cuando se imponga rendir mejorar aprender absorber todo lo que me hace bien que es tanto y escuchando todo de fondo mientras hago todo lo demás vibrar con lo que cuentan también con lo que cantan crear sonidos que no suenen mal tachar de las narraciones que me faltan por ver que son muchas de las viejas más las que están por estrenar saberme lo más para quien sea todo para mí a quien no tenga que explicar el ansia de probar de sentir de cambiar de volver y de estar y de ser o en su defecto             saber plegarme de una puta vez.

Todo no cabe eso lo sé.

Me miro en los reflejos             de los que necesito pero no lo admito             a los que admiro, que me inspiran             de los que aprendo             ¿que me entienden? hago diferencias e infiero resultados analizo los porqués de sus caminos en sus variaciones toda mi querida parafernalia que no basta ni arroja resultados por más que viva y le dé vueltas y vuelva a reconsiderar o corrija la ecuación.

Y si volver es el argumento más correcto que es cierto, que más vale ¿volver a qué, exactamente? Dime cuál es el origen si alguno hay y si cruel no es el volver a él (¿no me toca a mí inventar uno ya?)

Continuará…