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Flechazo

· One min read

Esta misma tarde, cuando salía de casa para ir a la City, que es donde tenemos nuestras reuniones semanales de trabajo (sí, ahora trabajo desde casa :¬) vi en mi propia plaza a la mujer de mi vida. Y me enamoré. Porque es el arquetipo que condensa los valores más sublimes. El epítome de la belleza juvenil femenina, inglesa y suburbana. Era rubia de pega, concretamente rubio #FFFF80. Un poco más joven que yo. Estaba en la calle, hablando con otros chicos. Una panda de NEET's, a juzgar por la hora que era y porque estaban todos ociosos y relajados charlando en la calle. Hablaba a gritos y con cara de rabia; desplazando la cabeza lateralmente, moviendo el cuello. Con una pose chulesca y poco femenina. Llevaba un chándal rosa. Rosa-rosa. Fumaba. Y estaba embarazada de once meses (por lo menos). Para que luego nos quejemos en ¡Espiña! de canis, mantequeros, chanos, calorros y kinkis.