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«Mind you»

· 4 min read

Una de tantas iniciativas geniales que tienen en mi nueva empresa es la que llaman «Mind you». Cada mes, unos catorce empleados crean una especie de presentación sobre sí mismos. Cada uno diseña una hoja, o pantalla. (¿Cómo demonios se dice «slide» en español? Y no me digáis «diapositiva»…). Se trata de reflejar tu personalidad, tus parafilias preocupaciones, intereses e inquietudes, con proporción 4:3, de forma libre y creativa. Cada hoja se imprime entonces en formato A2 y todas se cuelgan en la pared de un pasillo (casualmente, el que está junto a mi sala de trabajo). Además, se junta todo en una presentación que se comparte en la intranet hasta el mes siguiente. Como soy de los más nuevos en la empresa, hace unos días la gente de RRHH me pidió que participase en la próxima tanda de carteles. Así que me puse a pensar en ideas para hacer un buen cartel que hablase de mí mismo y de mi mecanismo. Los carteles que he visto colgados en la pared durante estas semanas son muy variados. Abundan los collages de fotos con familia y amigos. Otros hacen un popurrí de imágenes relacionadas con sus aficiones, de fotografías de su último viaje o cosas así. También hay alguna ristra de citas. Unos pocos son realmente originales y están muy bien compuestos. Yo quería hacer algo medio original. Por supuesto, la primera idea me vino inmediatamente; después de todo, es facilísimo resumir lo que hay en mi cabeza con una sola imagen [NSFW]. O con dos imágenes [NSFW], a lo más. Sin embargo, por algún motivo descarté la idea. Pensé que quizá no era apropiado que mis doscientos compañeros de trabajo me asociasen a esa imagen. Je. Así que reprimí mi verdadera naturaleza, aparqué las pulsiones primarias e intenté centrarme en «lo demás». Que algo hay. Hace tiempo que pienso que las nubes de etiquetas que uno va construyendo en sitios sociales y agregadores son una magnífica descripción de uno mismo. Una descripción distorsionada por el propio medio, es cierto. Pero si usas las etiquetas correctamente, después de cierto tiempo es difícil que quede algún aspecto principal de ti mismo sin reflejar en forma de etiqueta. Quería llenar el cartel con alguna fotografía de las que amo. Elegí una de las obsesiones de esta etapa de mi vida, Tokyo, y busqué entre mis fotos de Japón. Ninguna era lo suficientemente buena; mucho menos para imprimir en grande. Tras mucho buscar opté por una foto ajena de Shibuya. Ya tenía un fondo con mucho contraste; oscuro y lleno de neón. Pero a la vez quería inundar el cartel con etiquetas. Empecé a acariciar la idea de saturar todo el espacio con información. Con la colaboración de Google Images junté unas cuantas cosas que me son queridas. Pero si las pegaba todas, unas junto a otras, terminaba con un collage ortopédico, y no quería eso. Decidí que mis etiquetas en del.icio.us eran más descriptivas que las de Flickr. Tenía curiosidad por ver cuántas capas de información (texto e imágenes) se pueden superponer sin perder la legibilidad de ninguna capa. Si mi experimento sirve para algo, la respuesta es «dos» :¬) Solo me permití añadir una referencia a «Blade Runner» fundiéndose por la izquierda, y superpuse 日本語 («japonés», escrito en ídem) en la parte derecha. Después jugué un poco con las máscaras de transparencia, los niveles de cada capa y algunos efectos, hasta que me gustó el conjunto. Todo esto, por supuesto, Gimp mediante. Alabado sea mil veces.