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Opening

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Abrió sin esfuerzo los ojos y retiró un poco la sábana para refrescarse el torso. El radio-despertador marcaba una hora pequeña. Mirando al techo se rascó la coronilla; no tenía sueño. Ella dormía acurrucada dándole la espalda. Rodó por el colchón hasta quedar muy cerca, junto a su cuerpo desnudo, y comenzó a acariciarle suavemente el hombro y el brazo, tocando con su antebrazo el costado de ella. Le gustaba pasar los dedos (apenas la yema) sobre su piel caliente. Contempló en la penumbra su espalda. La escuchó respirar. Después apoyó la cara en su nuca, se inundó de su olor. Cerró los ojos otra vez. Siguió recorriendo con los dedos su cuerpo inmóvil, descendiendo desde la axila y hacia la cintura, y empezó a sentir una tranquilidad infinita. Se detuvo tanto tiempo en esa caricia que volvió a quedarse dormido antes de que su mano llegase a la cadera de ella.