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Mis subrayados en el libro tercero de los «Ensayos» de Montaigne

· 37 min read

(Ver mis subrayados en el primer libro y en el segundo libro.)

Ideas que me hicieron sentir reivindicado en alguna convicción mía previa (por ejemplo, cosas que escribí hace ya años en Vīta), ideas que me hicieron gracia, ideas que me inspiraron, o ideas que me espantaron.

Michel de Montaigne (Wikimedia Commons)

Filosofía moral

«La manera más rápida de alcanzar la gloria sería hacer por la conciencia aquello que hacemos por la gloria.»

«Yo renuncio desde ahora a los testimonios favorables que me quieran brindar no porque sea digno.»

«“Lo que encuentro malsano, ¿no se debe a que yo mismo soy malsano?”»

«Nuestros ojos nada ven hacia atrás. Cien veces al día, nos burlamos de nosotros mismos a propósito de nuestro vecino, y aborrecemos en los demás defectos que en nosotros son más manifiestos; y nos sorprendemos de ellos con extraordinaria impudicia e inadvertencia.»

«Fundar la recompensa de las acciones virtuosas en la aprobación ajena es aceptar un fundamento demasiado incierto y confuso; la buena valoración del pueblo, sobre todo en un siglo tan corrupto e ignorante como éste, es injuriosa. ¿De quién te fías para ver lo que es loable? Dios me guarde de ser hombre de bien según la descripción que veo hacer todos los días, para honrarse, a cada uno.»

«Ya sea el arte o la naturaleza lo que nos imprime una forma de vivir dependiente de los demás, nos hace mucho más mal que bien. Nos privamos de nuestras propias ventajas para acomodar las apariencias a la opinión común. Nos importa menos cómo somos para nosotros y de hecho que cómo somos en el conocimiento público. Hasta los bienes del espíritu, y la sabiduría, nos parecen infructuosos si sólo nosotros gozamos de ella, si no se expone a la mirada y a la aprobación ajena.»

«Las inclinaciones naturales se ayudan y fortalecen mediante la educación; pero apenas se modifican ni superan. Mil naturalezas, en estos tiempos, han huido hacia la virtud o hacia el vicio a través de una educación contraria.»

«Mirad un poco cuál es nuestra experiencia. No hay nadie, si se escucha a sí mismo, que no se descubra una forma propia, una forma dominante que lucha contra la educación, y contra la tormenta de las pasiones que se le oponen.»

«Aquellos que, en nuestros tiempos, han intentado corregir las costumbres del mundo por medio de nuevas opiniones, reforman los vicios aparentes; los sustanciales, los dejan como están, si es que no los agravan —y el agravamiento es temible—. Se dispensan de buena gana de cualquier otra buena acción con estas reformas externas de menor coste y mayor mérito.»

«La vida de César no nos ofrece más ejemplo que la nuestra; imperial o común, sigue siendo una vida a la que afectan todos los accidentes humanos.»

«Nada es tan hermoso y legítimo como hacer bien de hombre, y tal como es debido. Ni hay ciencia tan ardua como saber vivir bien esta vida.»

«El dolor, el placer, el amor, el odio son las primeras cosas que siente un niño; si, al aparecer la razón, se acomodan a ella, eso es la virtud.»

«Yo mantendría de buena gana la jerarquía de los bienes según aquella canción que Platón dice haber sido corriente, tomada de algún viejo poeta: salud, belleza y riqueza

«El juez hurta un pedazo de ese mismo papel donde acaba de escribir la sentencia de condena de un adúltero, para confeccionar un billete amoroso destinado a la esposa de su compañero.»

La omisión debe juzgarse por el mismo patrón que la acción:

«El abstenerse de actuar es a menudo tan noble como la acción, pero es menos visible. Y mi escasa valía es casi toda de ese tipo.»

«One shall take no offence from sources one does not value or respect. If someone I despise calls me a name, or tries to offend me, I can safely ignore them.» (Vīta, § Life):

«Sócrates, a uno que le advertía de que hablaban mal de él, le dijo: “No, no hay nada en mí de lo que dicen”. Por mi parte, si alguien me alabara por ser un buen piloto, por ser muy modesto o por ser muy casto, no le debería agradecimiento alguno. Y, de la misma manera, si me llamaran traidor, ladrón o borracho, no me consideraría tampoco ofendido.»

Consecuencialista, utilitarista, el fin justifica los medios:

«El bien público requiere que se traicione y que se mienta, y que se asesine.»

El imperativo de la ética; hacer lo que creemos correcto aunque nos perjudique (me gusta porque me reivindica frente a posturas más cínicas o relativistas con las que me encuentro a menudo):

«La vida que se mantiene ordenada incluso en la intimidad es excelsa. Cualquiera puede tomar parte en la farsa, y representar a un personaje honesto en el escenario; pero lo decisivo es estar en orden por dentro, y en el fondo del ánimo, allí donde todo nos está permitido, donde todo permanece oculto

Filosofía política

«La bondad y la capacidad del gobernante deben librarnos por completo de toda preocupación por el gobierno.»

«En los lugares donde las faltas son crímenes, los crímenes no son más que faltas; que, en las naciones donde las leyes del decoro son más raras y blandas, las leyes primitivas de la razón común se observan mejor. En efecto, la innumerable muchedumbre de tantos deberes anega nuestro afán, lo debilita y disuelve. La aplicación a las cosas menudas nos aparta de las justas.»

«A quienes nos rigen y mandan, a quienes tienen el mundo en sus manos, no les basta con poseer un entendimiento común, con poder lo que nosotros podemos. Están muy por debajo nuestro si no están muy por encima. Así como prometen más, deben también más.»

«Quien pudiera encontrar el modo de juzgar con justicia, y elegir a los hombres por medio de la razón, con este único rasgo establecería una forma perfecta de Estado.»

«La forma suprema de injusticia, según Platón, es que lo injusto sea considerado justo.»

«Ningún hombre de bien lo es tanto que, si somete todas sus acciones y pensamientos al escrutinio de las leyes, no merezca la horca diez veces a lo largo de su vida.»

«La conservación de los Estados es una cosa que verosímilmente supera nuestra inteligencia. El Estado civil es, como dice Platón, algo poderoso y de difícil disolución. Sobrevive con frecuencia a las enfermedades mortales e internas, a la injuria de las leyes injustas, a la tiranía, al desenfreno y a la ignorancia de los magistrados, a la licencia y sedición de los pueblos.»

Virtue signalling:

«La ambición, la avaricia, la crueldad, la venganza carecen de suficiente ímpetu propio y natural; encendámoslas y aticémoslas nosotros con el glorioso pretexto de la justicia y de la devoción. No cabe imaginar peor estado de las cosas que aquel en el cual la maldad deviene legítima y adopta, con la venia del magistrado, el manto de la virtud.»

Como Bastiat:

«Las leyes mantienen su crédito no porque sean justas, sino porque son leyes. Éste es el fundamento místico de su autoridad; no tienen otro. Lo cual les conviene mucho. A menudo están hechas por necios, las más de las veces por gente que, por odio a la igualdad, carece de equidad, pero siempre por hombres, autores vanos e inciertos. Nada es tan grave, extensa y habitualmente falible como las leyes.»

«In general, the fewer laws, the better» (Vīta, § Politics):

«La correlación entre nuestras acciones, siempre en perpetuo cambio, y las leyes fijas e inmóviles, es escasa. Las leyes más deseables son las menos numerosas, las más simples y generales; y creo incluso que sería mejor no tener ninguna que tenerlas en el número que nosotros las tenemos.»

«¿Qué han conseguido nuestros legisladores distinguiendo cien mil casos y hechos particulares, y asociándoles cien mil leyes?»

Reforma mejor que revolución; principio de prudencia; la práctica supera a la teoría; las utopías son referencias, no destinos; otro mundo no es posible:

«Y ciertamente todas esas descripciones de Estados inventadas por arte resultan ridículas e ineptas para llevarlas a la práctica. Esas grandes y largas disputas sobre la mejor forma de sociedad, y sobre las reglas más convenientes para unirnos, son disputas sólo apropiadas para ejercitar el espíritu. Así, en las artes hay muchos objetos cuya esencia radica en el debate y la disputa, y que no tienen vida alguna fuera de ahí. Tal pintura de Estado sería de recibo en un mundo nuevo; pero nosotros asumimos un mundo ya hecho y formado en ciertas costumbres. No lo engendramos como Pirra o como Cadmo. Sea cual fuere el modo en que podamos corregirlo y ordenarlo de nuevo, apenas podemos torcerlo de su inclinación habitual sin romperlo todo. Le preguntaron a Sólon si había otorgado las mejores leyes de que era capaz a los atenienses: “claro que sí”, respondió, “de las que habrían admitido”. Varrón se excusa de modo semejante. Dice que si tuviera que escribir sobre religión partiendo de cero, diría lo que cree. Pero, dado que ya está admitida, hablará según el uso más que según la naturaleza. No por opinión sino en verdad el Estado excelente y mejor es para cada nación aquel bajo el cual se ha mantenido. Su forma y ventaja esencial depende del uso. Nos disgustamos fácilmente de la situación presente. Pero considero, sin embargo, que desear el gobierno de unos pocos en un Estado popular, o en la monarquía otra especie de gobierno, es vicio y locura.»

«Platón no aprueba que se violente el reposo de su país para curarlo, y no acepta la mejora que lo trastorna todo, y lo pone todo en peligro, y que se hace a costa de la sangre y de la ruina de los ciudadanos.»

«Quien sólo propone eliminar aquello que le tortura, se queda corto, pues el bien no sucede necesariamente al mal; otro mal puede sucederle, y peor.»

«Nada oprime al Estado sino la innovación. Sólo el cambio da forma a la injusticia y a la tiranía. Cuando alguna pieza se descompone, se la puede apuntalar. Podemos oponernos a que la alteración y corrupción natural de todas las cosas nos aleje demasiado de nuestros inicios y principios. Pero intentar refundir una masa tan grande, y cambiar los cimientos de tamaña construcción, es tarea propia de quienes para limpiar borran, de quienes pretenden corregir los defectos particulares mediante la confusión universal, y curar las enfermedades con la muerte. Non tam commutandarum quam euertendarum rerum cupidi [ávidos no tanto de transformar las cosas como de destruirlas]. El mundo no sabe curarse. Está tan impaciente ante lo que le oprime que sólo busca librarse de ello, sin mirar a qué precio.»

Introversión

«Cuando estoy solo, me entrego más gustosamente a los asuntos de Estado y al universo. En el Louvre, y en medio del gentío, me comprimo y contraigo en mi piel. La multitud me empuja hacia mí mismo, y nunca converso conmigo tan insensata, licenciosa y privadamente como en los lugares de respeto y de prudencia ceremonial.»

«¡Qué miserable es, a mi juicio, quien no tiene en su casa un lugar donde estar a solas, donde hacerse privadamente la corte, donde esconderse!»

Vejez y muerte

«Cum semper natura, tum etiam aetate iam quietus [siempre tranquilo por naturaleza, y ahora más por la edad].»

«Es una gran simpleza prolongar y anticipar, como hace todo el mundo, las incomodidades humanas. Prefiero ser viejo menos tiempo a ser viejo antes de serlo.»

«La muerte se nos hace con frecuencia más penosa porque les resulta penosa a los demás; y nos daña con su daño casi tanto como con el nuestro, y a veces incluso más.»

«El mismo Plutarco echa en falta a su hija por las monerías de su infancia. Nos aflige el recuerdo de un adiós, de una acción, de una gracia particular, de una última recomendación.»

«Mi edad no es susceptible de educación, y desde ahora no tiene otro objetivo que conservarse.»

«Dos de mis conocidos, grandes hombres en esta habilidad, han perdido mucho, a mi juicio, por haber rehusado publicar a los cuarenta años para esperar hasta los sesenta. La madurez tiene sus defectos, como la juventud, y peores. Y la vejez es tan incómoda para esta clase de tarea como para cualquier otra. Quien da su decrepitud a la prensa comete una locura si espera expresar unos humores que no tengan trazas de caído en desgracia, de soñador ni de amodorrado. Nuestro espíritu se acatarra y embota al envejecer.»

«Turbamos la vida con el desasosiego por la muerte, y la muerte con el desasosiego por la vida. Una nos hastía, la otra nos espanta.»

🍆:

«La obstinación de mis piedras, especialmente en la verga, me ha precipitado a veces en largas retenciones de orina, de tres, de cuatro días, y me ha adentrado hasta tal extremo en la muerte que habría sido una locura esperar evitarla, incluso desearlo, vistos los crueles sufrimientos que me produce esta situación. ¡Oh, qué gran maestro en el arte de los verdugos era aquel buen emperador que mandaba atar la verga a sus criminales para hacerlos morir por no poder orinar!»

Otra vez 🍆:

«La naturaleza debería haberse contentado con hacer esta edad miserable, sin hacerla además ridícula. Detesto verla, por una pulgada de pobre vigor que la inflama tres veces a la semana, aprestarse e irritarse con la misma violencia que si tuviera una batalla grande y legítima en el vientre: un verdadero fuego de estopa. Y me asombra cómo su escozor tan vivo y bullicioso se hiela y extingue en el acto tan pesadamente. Este deseo no debería corresponder más que a la flor de una hermosa juventud.»

Debatir

«El ejercicio más fructífero y natural de nuestro espíritu es, a mi entender, la discusión. Su práctica me parece más grata que la de cualquier otra acción de nuestra vida. Y ésa es la razón por la cual si ahora mismo me obligaran a elegir, aceptaría más bien perder la vista que perder el oído o el habla. Los atenienses y también los romanos honraban sobremanera este ejercicio en sus academias.»

«Me gusta disputar y razonar, pero con pocos hombres y para mí. En efecto, servir de espectáculo a los grandes y rivalizar alardeando del propio espíritu y de la propia cháchara me parece que es un oficio muy poco apropiado para un hombre de honor. La estupidez es una mala cualidad; pero no poderla soportar, e irritarse y consumirse por ella, como me sucede a mí, es otra clase de enfermedad, no mucho menos importuna que la necedad.»

Llevar la contraria casi por hábito:

«Vemos en las conversaciones comunes que aquello que habría dicho sin prestar atención, si me lo discuten, me lo tomo en serio, lo abrazo —mucho más que si me interesara—.»

«En verdad, busco más el trato de quienes me reprenden que el de quienes me temen. Es un placer insípido y nocivo tener relación con gente que nos admira y nos cede el sitio.»

«All debates should be an open-minded exchange of ideas, and a collaborative quest to put them to test in order to identify the best ones. That's the goal.» (Vīta, § Life):

«Cuando me llevan la contraria, despiertan mi atención, no mi cólera; me ofrezco a quien me contradice, que me instruye. La causa de la verdad debería ser la causa común de uno y otro.»

«Aprendemos a disputar sólo para contradecir; y, dado que todo el mundo contradice y es contradicho, sucede que el fruto de la disputa es perder y aniquilar la verdad. Así, Platón, en su república, prohíbe este ejercicio a los espíritus ineptos y mal nacidos.»

«It makes no sense to talk about the “winner” of a debate» (Vīta, § Life):

«Acepto y reconozco toda suerte de ataques directos, por débiles que sean; pero soy demasiado impaciente frente a aquellos que se hacen sin forma. Me importa poco la materia, las opiniones me dan lo mismo, y la victoria en el asunto me resulta más o menos indiferente. Disputaría tranquilamente un día entero si el debate se lleva a cabo con orden

«Too often, the environment isn't appropriate for a debate» (Vīta, § Life):

«Para mí, se responde siempre más que bien si se responde a lo que digo. Pero, cuando la disputa es confusa y desordenada, abandono el asunto, y me aferro a la forma con enojo e indiscreción; y me lanzo a una manera de debatir terca, maliciosa e imperiosa, que después me hace sonrojar.»

Estoicismo

«En todos los asuntos, una vez que han pasado, de una manera u otra, apenas me lamento. En efecto, me tranquiliza imaginar que habían de pasar así. Ahí están, dentro del gran curso del universo y de la cadena de las causas estoicas. Tu fantasía no puede mover un punto, ni con el deseo ni con la imaginación, sin que el entero orden de las cosas se venga abajo, tanto el pasado como el futuro.»

«No hay que adherirse con tanta fuerza a los propios humores y a las propias inclinaciones. Nuestra principal aptitud es saber aplicarse a usos diferentes. Permanecer atado y sujeto por necesidad a una sola manera de ser, es ser, pero no es vivir. Las almas más hermosas son aquellas que están provistas de mayor variedad y flexibilidad.»

«Cuando los médicos no pueden purgar un catarro, lo alejan y desvían hacia otra parte menos peligrosa. Me doy cuenta de que ése es también el remedio más común para las enfermedades del alma.»

«Si me embarga alguna acerba fantasía, me parece más rápido cambiarla que someterla; la sustituyo, si no puedo por una contraria, al menos por una distinta. La variación siempre alivia, disuelve y diluye. Si no puedo combatirla, la evito, y, al escapar de ella, me desvío, me valgo de artimañas. Cambiando de lugar, de ocupación, de compañía, me refugio en una muchedumbre de nuevas ocupaciones y pensamientos, donde ella pierde mi rastro y se aleja de mí.»

«Tengo tanto que anhelar como cualquiera, y no dejo a mis anhelos menos libertad e indiscreción; pero aun así nunca he llegado a ansiar ni imperio ni realeza, ni la eminencia de esas fortunas altas e imperiosas. No apunto por ahí, me estimo demasiado. Cuando pienso en crecer, es de manera baja, con un crecimiento limitado y cobarde, propiamente para mí, en determinación, en prudencia, en salud, en belleza y hasta en riqueza

«¡Cuántas necedades digo y respondo todos los días a mi juicio; y probablemente, entonces, cuánto más frecuentes deben de ser a juicio de otros! Si yo me muerdo los labios, ¿qué deben de hacer los demás? En suma, hay que vivir entre los vivos, y dejar que el agua corra bajo el puente sin preocuparnos, o, por lo menos, sin alterarnos. En verdad, ¿por qué nos topamos con quien tiene el cuerpo torcido y contrahecho sin turbación alguna, y no podemos soportar el encuentro con un espíritu desordenado sin montar en cólera?»

«Al ver Sócrates que llevaban con gran pompa por su ciudad una gran cantidad de riqueza, joyas y muebles de valor, dijo: “¡cuántas cosas no deseo!”»

«Quanto quisque sibi plura negauerit, a Diis, plura feret; nil cupientium nudus castra peto, multa petentibus desunt multa. [Quien renuncie a más cosas, recibirá más de los dioses; despojado de todo, me acojo desnudo al campo de quienes nada desean. A quienes piden mucho, les faltan muchas cosas.]»

Censura

En contra, claro:

«Me gusta que, entre hombres de bien, nos expresemos con valentía, que las palabras lleguen hasta donde llegue el pensamiento

«Me he prescrito osar decir todo aquello que oso hacer, y me disgustan aun los pensamientos impublicables. La peor de mis acciones y características no me parece tan deshonesta como me parece deshonesto y cobarde no osar confesarla. Todo el mundo es discreto al confesarse, debería serlo al actuar. La audacia de cometer una falta es en cierta medida compensada y atajada por la audacia de confesarla. Quien se obligara a decirlo todo, se obligaría a no hacer nada de aquello que estamos forzados a callar.»

«Se necesitan oídos muy fuertes para oírse juzgar con toda franqueza. Y, dado que son pocos los capaces de soportarlo sin comezón, quienes se arriesgan a intentarlo con nosotros nos muestran un singular acto de amistad. Atreverse a herir y a ofender para aprovechar es, en efecto, amar sanamente.»

La ofensa tiene nulo valor moral:

«Ninguna proposición me asombra, ninguna creencia me ofende, por más opuesta que sea a la mía.»

«Los juicios contradictorios ni me ofenden ni me alteran; tan sólo me despiertan y ejercitan.»

Liberalismo

«Olle, quid ad te de cute quid faciat ille, uel illa sua? [Olo, ¿qué te importa lo que él o ella hagan con su propia piel?

Contra la redistribución:

«Pecuniarum translatio a iustis dominis ad alienos non debet liberalis uideri [arrebatar las riquezas a los legítimos propietarios para dárselas a otros no debe considerarse liberalidad].»

Sufrimiento y placer

«Quien teme sufrir, sufre ya porque teme.»

«Nada nos pone tanto en peligro como el afán inmoderado de librarnos de él.»

«Jerjes, que, envuelto en todos los placeres humanos, ofrecía premios a quien le encontrase otros distintos, era un necio. Pero apenas lo es menos quien reduce los que le ha encontrado la naturaleza.»

«Son gente fanática que cree honrar su naturaleza desnaturalizándose, que se aprecia con su desprecio, y se corrige con su empeoramiento. ¡Qué monstruoso animal que se produce horror a sí mismo, que se aflige con sus placeres, que se considera una desgracia!»

«La naturaleza ha observado maternalmente que las acciones que nos ha impuesto por nuestra necesidad nos resultaran también placenteras. Y nos induce a ellas no sólo por medio de la razón, sino también mediante el deseo. Es injusto corromper sus reglas.»

Hombres y mujeres

«El razonamiento, la prudencia y los servicios de la amistad se encuentran mejor en los hombres. Por eso gobiernan los asuntos del mundo.»

«La reina de las amazonas respondió al escita que la invitaba al amor: “ἄριστα χωλὸς οἰφεῖ” —el cojo lo hace mejor—. En esta república femenina, para evitar el dominio de los varones, les lisiaban desde la niñez brazos, piernas y otros miembros que les otorgaban ventaja sobre ellas, y se servían de ellos sólo para eso para lo que nosotros nos servimos de ellas aquí.»

«Veo con enojo en muchas casas que el señor regresa huraño y apesadumbrado del tráfago de los asuntos, hacia mediodía, y que la señora está todavía ocupada en peinarse y acicalarse en su gabinete. Esto es cosa de reinas; y aún no lo sé. Es ridículo e injusto mantener con nuestro sudor y trabajo la ociosidad de nuestras mujeres.»

Anticipando el mal feminismo:

«Es mucho más fácil acusar a un sexo que excusar al otro.»

Matrimonio

«El amor aborrece que se esté unido por otra cosa que por él, y se añade débilmente a las relaciones que se forman y mantienen con otro pretexto, como es el caso del matrimonio. En él la alianza, los recursos pesan, con razón, tanto o más que las gracias y la belleza. Por más que digan, uno no se casa para sí mismo; uno se casa, tanto o más, para su descendencia, para su familia. El uso y el interés del matrimonio atañen a nuestra estirpe mucho más allá de nosotros.»

«No veo matrimonios que antes fracasen y se enturbien que aquellos que se guían por la belleza y los deseos amorosos. Se requieren fundamentos más sólidos y más constantes, y andar precavido.»

«Un buen matrimonio, si existe, rehúsa la compañía y las condiciones del amor. Intenta remedar las de la amistad. Es una dulce asociación de vida, llena de constancia, de confianza y de un número infinito de útiles y sólidos servicios y de obligaciones mutuas. Ninguna mujer que prueba su sabor, optato quam iunxit lumine taeda [a la que la antorcha nupcial haya unido con su anhelada luz], querría ocupar el lugar de una amante de su marido. Si ella reside en su afecto como esposa, reside en él con mucho más honor y seguridad. Aunque el hombre se haga el apasionado y el solícito en otra parte, que le pregunten a quién preferiría ver víctima de una infamia, a su esposa o a su amante, de quién le afligiría más un infortunio, a quién le desea más grandeza; tales preguntas no plantean ninguna duda en un matrimonio sano.»

«Sucede lo que vemos en las jaulas: los pájaros que están fuera se desesperan por entrar; y los que están dentro, tienen el mismo afán por salir. Preguntado Sócrates sobre si era más conveniente tomar esposa o no tomarla, respondió: “Hagas una cosa u otra, te arrepentirás”.»

Sexo

«¿Qué les ha hecho a los hombres el acto genital, tan natural, tan necesario y tan justo, para no atreverse a hablar de él sin vergüenza, y para excluirlo de las conversaciones serias y ordenadas? No tememos pronunciar las palabras “matar”, “robar”, “traicionar”; y esto sólo nos atreveríamos a decirlo entre dientes.»

«Es preciso, dice Aristóteles, tocar a la esposa de manera prudente y severa, no sea que acariciándola con excesiva lascivia el placer la saque de las casillas de la razón. Lo que él dice por la conciencia, los médicos lo dicen por la salud. Porque un placer excesivamente encendido, voluptuoso y asiduo altera el semen e impide la concepción.»

«“Pues tú ¿querrías cambiar por toda la fortuna de Aquémenes o por las riquezas migdonias de la pingüe Frigia o las opulentas casas de los árabes un cabello de Licimnia cuando se inclina hacia tus besos perfumados, o cuando, con dulce crueldad, rehúsa que le arrebates los besos de los que desea gozar más que tú y que ella te hurtará enseguida la primera?”.»

«Venus no es tan hermosa completamente desnuda, y viva, y jadeante, como lo es aquí en Virgilio.»

Otra vez 🍆:

«Fatum est in partibus illis quas sinus abscondit: nam, si tibi sidera cessent, nil faciet longi mensura incognita nerui [el destino radica en aquellas partes que se ocultan bajo los pliegues; pues, si los astros te abandonan, de nada te servirá la insólita longitud de tu miembro].»

La castidad (pero solo en las mujeres):

«No existe pasión más apremiante que ésta, a la cual pretendemos que se resistan sólo ellas, no simplemente como a un vicio relativo, sino como a la abominación y a la execración, más que a la irreligión y al parricidio; y mientras tanto nosotros nos entregamos a ella sin culpa ni reproche. Incluso aquellos entre nosotros que han intentado lograrlo han admitido de sobra cuál era la dificultad, o más bien imposibilidad, de someter, debilitar y enfriar el cuerpo usando remedios materiales. Nosotros, en cambio, queremos que estén sanas, fuertes, bien dispuestas, bien alimentadas, y que sean castas al mismo tiempo, es decir, que sean a la vez calientes y frías.»

«Ignoro si las gestas de César y de Alejandro superan en dureza la resolución de una bella joven, educada a nuestro modo, a la luz del mundo y tratando con él, acuciada por tantos ejemplos contrarios, que se mantenga íntegra en medio de mil continuos e intensos cortejos. No existe acción más ardua que esta inacción, ni más activa. Me parece más fácil llevar una coraza toda la vida que conservar la virginidad. Y el voto de virginidad es el más noble de todos los votos porque es el más duro.»

Libros

«Se invierte más trabajo en interpretar las interpretaciones que en interpretar las cosas, y hay más libros sobre libros que sobre cualquier otro asunto.»

«Estas misceláneas de lugares comunes, con las cuales tanta gente se ahorra trabajo, apenas sirven sino para asuntos comunes; y sirven para que alardeemos, no para guiarnos —ridículo fruto de la ciencia que Sócrates le censura con tanta gracia a Eutidemo—. He visto componer libros sobre cosas jamás estudiadas ni entendidas; el autor confía a varios de sus amigos doctos la indagación de esta y de aquella materia para componerlo, y se contenta, por su parte, con haber concebido el plan, y enlazado con su destreza ese haz de provisiones desconocidas. Al menos, la tinta y el papel son suyos. Esto es comprar o tomar prestado un libro, no hacerlo. Es enseñar a los hombres no que se sabe hacer un libro, sino, cosa sobre la cual quizá tenían dudas, que no se sabe hacerlo.»

Racionalidad

El conocimiento:

«Ningún deseo es más natural que el deseo de conocimiento.»

«Amo y honro el saber tanto como aquellos que lo poseen. Y, en su verdadero uso, es la más noble y poderosa adquisición de los hombres

…y la verdad, válida independientemente de la fuente, del medio y del mensajero:

«Celebro y acaricio la verdad, sea cual fuere la mano en la cual la encuentro, y me entrego a ella con alegría, y le tiendo mis armas vencidas en cuanto la veo acercarse.»

«No digo que nadie acuse sin estar limpio, porque nadie acusaría —ni siquiera limpio de este mismo tipo de tacha—. Pero me refiero a que nuestro juicio, al imputar a otro del que en ese momento sea cuestión, no nos exima a nosotros de una jurisdicción interna y severa. Es un deber de caridad que si alguien no puede borrar un vicio de sí mismo, intente no obstante borrarlo de otro, donde la semilla puede ser menos maligna y violenta. Y tampoco me parece una respuesta oportuna, a quien me advierte de mi falta, decirle que también está en él. ¿Qué se desprende de ahí? La advertencia sigue siendo verdadera y útil.»

…aunque a la vez:

«Quien dice lo cierto puede hacer el necio igual que quien dice lo falso; en efecto, se trata de la manera, no de la materia de lo que se dice. Mi inclinación es fijarme tanto en la forma como en la sustancia, tanto en el abogado como en la causa.»

«Decisions based on emotions aren't decisions at all» (Vīta, § Life):

«Vtatur motu animi, qui uti ratione non potest [que emplee la pasión quien no pueda emplear la razón].»

«Dejemos hablar a la razón, que es inflexible e imperturbable, cuando podamos hacerlo.»

…aunque a la vez:

«Nuestra sabiduría y deliberación sigue en la mayoría de los casos la dirección del azar. Mi voluntad y mi razonamiento se mueven tan pronto de una manera como de otra; y muchos de estos cambios se gobiernan sin mí. Mi razón tiene impulsos y movimientos cotidianos y fortuitos.»

Montaigne ya sabía que los buenos racionalistas apuestan a menudo, y con dinero de verdad:

«Sería útil que se apostara sobre el desenlace de nuestras discusiones, que hubiera un signo material de nuestras pérdidas, con el fin de que llevásemos un registro y mi criado pudiese decirme: “el año pasado, os costó cien escudos el haber sido ignorante y el haberos obstinado veinte veces”.»

«The merit of deeds should be judged considering solely the information available to that person and at the time decisions were made, or actions were taken — never considering their consequences, to the extent that they were impossible to predict» (Vīta, § Life):

«Foción había dado a los atenienses cierto consejo que no fue seguido. Como el asunto, sin embargo, se desenvolvió, en contra de su opinión, con éxito, alguien le dijo: “Y bien, Foción, ¿estás contento de que la cosa vaya tan bien?”. “Claro que estoy contento”, dijo, “de que haya resultado esto, pero no me arrepiento de haber aconsejado aquello”.»

«Con razón se aprueba esta sentencia: que los planes no deben juzgarse por los resultados. Los cartagineses castigaban las malas decisiones de sus capitanes aun cuando fuesen corregidas por un resultado feliz.»

«La previsión conviene igualmente a lo que nos afecta para bien y para mal. Considerar y juzgar el peligro es en cierta medida lo contrario de aturdirse por él.»

Calibrando evidencias y grados de confianza:

«No basta con enumerar las experiencias; es preciso pesarlas y asociarlas. Y es preciso haberlas digerido y destilado para inferir las razones y conclusiones que comportan.»

Adaptación hedónica:

«Pensamos siempre en otra cosa; la esperanza de una vida mejor nos retiene y apoya, o la esperanza en la valía de nuestros hijos, o la futura gloria de nuestro nombre, o la huida de los males de esta vida, o la venganza que amenaza a quienes nos infligen la muerte.»

Epistemología

Epistemic status: permanently doubtful:

«En lo que digo la única certeza que garantizo es que se trata de aquello que en este momento tenía en mi pensamiento, pensamiento tumultuoso y vacilante. Hablo de todo a modo de charla, y de nada a modo de dictamen. Nec me pudet, ut istos, fateri nescire quod nesciam [no me avergüenzo, como éstos, de admitir que ignoro lo que ignoro]. No sería tan audaz hablando si me incumbiera ser creído; y fue eso lo que respondí a un grande que deploraba la acritud y la vehemencia de mis exhortaciones: “dado que os veo inclinado y dispuesto hacia un lado, os presento el otro con todo el desvelo de que soy capaz para esclarecer vuestro juicio, no para someterlo; Dios sostiene vuestro ánimo y os brindará la elección”.»

«En el mundo se producen muchos engaños o, para decirlo con mayor audacia, todos los engaños del mundo se producen porque nos enseñan a tener miedo a profesar nuestra ignorancia y nos vemos obligados a admitir todo aquello que no podemos refutar. Hablamos de cualquier cosa de una manera preceptiva y resolutiva. El estilo romano comportaba que aun aquello que un testigo declaraba por haberlo visto con sus propios ojos, y aquello que el juez prescribía con su ciencia más cierta, se concebía con esta forma de hablar: “me parece”. Me hacen aborrecer las cosas verosímiles cuando me las plantan como infalibles. Me gustan las palabras que ablandan y moderan la temeridad de nuestras proposiciones: “acaso, en cierta medida, un poco, se dice, pienso” y semejantes. Y si hubiera tenido que educar hijos, les habría puesto hasta tal punto en la boca esta manera de responder, inquiridora, no resolutiva, “¿qué quiere decir?, no lo entiendo, podría ser, ¿es cierto?”, que más bien habrían conservado la forma de aprendices a los sesenta años que representado a doctores a los diez, como suelen hacer. Si alguien quiere curarse de la ignorancia, ha de confesarla.»

Sesgos cognitivos

Dunning-Kruger:

«Sólo quienes han penetrado en una ciencia determinada perciben sus dificultades y su oscuridad. Porque, también para poder darse cuenta de que se ignora, se requiere cierto grado de inteligencia, y hay que empujar la puerta para saber que la tenemos cerrada.»

«La obstinación y el ardor de opinión son la más segura prueba de estupidez.»

…y su contrario, el síndrome del impostor:

«Nada me irrita tanto en la necedad como el hecho de que se complazca más de lo que razón alguna puede razonablemente complacerse. Es una desgracia que la prudencia nos prohíba satisfacernos y confiar en nosotros, y nos deje siempre descontentos y temerosos, mientras que la obstinación y la ligereza colman a sus huéspedes de satisfacción y seguridad. Son los menos capaces quienes miran a los demás por encima del hombro.»

Contra el sesgo de autoridad y el efecto halo:

«La gravedad, el vestido y la fortuna de quien habla proporciona con frecuencia autoridad a palabras vanas e ineptas.»

…aunque a la vez (yo defiendo que el argumento de autoridad a menudo no es un sesgo a evitar, sino una heurística útil y legítima):

«Casi todas nuestras opiniones las aceptamos por autoridad y creencia. No es nada malo. En un siglo tan débil no podríamos elegir peor que por nuestra cuenta.»

Contra el argumento ad populum:

«Es difícil fijar el juicio en contra de las opiniones comunes. La primera persuasión, tomada del objeto mismo, se adueña de los simples; de ahí se difunde a los hábiles, bajo la autoridad del número y de la antigüedad de los testimonios. Por mi parte, en aquello en lo que no creería a uno, no creería a cien. Y no juzgo las opiniones por los años.»

AE

Humanismo:

«No porque lo dijera Sócrates, sino porque en verdad es mi inclinación, y acaso no sin algún exceso considero a todos los hombres compatriotas míos, y abrazo a un polaco como a un francés, posponiendo el lazo nacional al universal y común

Siempre lo digo: realmente, ¡eres rico! (fundación Ayuda Efectiva: «tendemos a fijarnos en las personas que ganan más que nosotros, pero solemos prestar menos atención a quienes ganan menos. ¿Qué pasaría si te comparases con toda la gente del mundo?»):

«En todas nuestras fortunas, nos comparamos con lo que tenemos por encima, y miramos hacia quienes están mejor. Midámonos con lo que tenemos por debajo; nadie hay tan miserable que no encuentre mil ejemplos con los cuales consolarse. Es un error que nos disguste más ver lo que está por encima de nosotros de lo que nos gusta ver lo que está por debajo.»

FIRE

«En el peor de los casos, anticípate siempre a la pobreza con la restricción del gasto. Me aplico a hacerlo, y a corregirme antes de que me vea forzado. Por lo demás, he establecido en mi alma bastantes escalones para arreglármelas con menos de lo que tengo. Me refiero a arreglármelas satisfecho. Non aestimatione census, uerum uictu atque cultu, terminatur pecuniae modus [la medida de la riqueza se determina no por la estimación del censo sino por el sustento y el atavío]. Mi verdadera necesidad no absorbe de manera tan completa todos mis bienes que, sin llegar a la carne viva, la fortuna no tenga dónde atacarme.»

Miscelánea

«Las pasiones me resultan tan fáciles de evitar como difíciles de moderar.»

«Suelo prometer un poco menos de lo que puedo, y de lo que espero mantener.»

«Con frecuencia me ha faltado la fortuna, pero a veces también la iniciativa.»

«Intelectualmente sensibles, sensiblemente intelectuales.»

«Cuento entre las primeras fealdades las bellezas artificiales y forzadas.»

«Ocupamos nuestros pensamientos con lo general y con las causas y los procesos universales, que funcionan muy bien sin nosotros; y olvidamos nuestro caso.»

«La repetición es siempre fastidiosa, incluso en Homero, pero es devastadora en aquello que sólo posee una apariencia superficial y pasajera.»

«Me parece que lo prometo cuando lo digo. Por eso aireo poco mis proyectos.»

«Es necesario ir con un poco de cuidado para no llamar “fuerza” a lo que no es más que elegancia, ni “sólido” a lo que no es sino agudo, ni “bueno” a lo que sólo es bello.»

«Caí en las desgracias que la moderación acarrea en tales enfermedades. Me zurraron por todas partes. Para el gibelino, yo era güelfo; para el güelfo, era gibelino.»

«¿Se debe a la naturaleza, o a un error de la fantasía, que la contemplación de los sitios que sabemos fueron frecuentados y habitados por personas cuya memoria tenemos en estima, nos conmueva en cierto modo más que escuchar el relato de sus acciones o que leer sus escritos? Tanta uis admonitionis inest in locis. Et id quidem in hac urbe infinitum: quacunque enim ingredimur in aliquam historiam uestigium ponimus. [Tanto poder de evocación hay en los lugares. Y esta ciudad lo posee en grado infinito; en efecto, por donde quiera que pasemos ponemos el pie en alguna historia.]»

«Nunca he pensado que no tener hijos fuese un defecto que debiera hacer la vida menos completa y menos feliz. La esterilidad posee también sus ventajas. Los hijos forman parte del número de cosas que no tienen mucho que los haga deseables, sobre todo ahora, cuando sería tan difícil hacerlos buenos. Bona iam nec nasci licet, ita corrupta sunt semina [ya no pueden nacer cosas buenas, tan corrompidas están las semillas]. Y, sin embargo, dan con toda justicia motivos para echarlos de menos si alguien los pierde tras haberlos adquirido.»

Contra los barbarismos innecesarios (como yo):

«Para atrapar una nueva palabra, abandonan la común, a menudo más recia y vigorosa.»

Montaigne también odiaba que le interrumpiesen:

«Tengo una manera de hablar un poco quisquillosamente celosa de atención y de silencio, si hablo con esfuerzo. Quien me interrumpe, me detiene.»

«Everyone is totally just winging it, all the time»:

«Asombrado por la grandeza del asunto, he conocido alguna vez, de boca de quienes lo habían llevado a cabo, sus motivos y su habilidad. No he encontrado más que opiniones vulgares.»

Esto que menciona Montaigne relacionado con la publicación de sus ideas siempre he pensado que es —salvando las distancias— un beneficio de haber manenido un blog desde hace dieciocho años y de compartir mis pensamientos en redes sociales y en Vīta. Yo a veces he conocido gente en persona que ya sabía algo de mí por mi blog, y parte del trabajo de encontrarse, primero, y de establecer una relación, después, estaba ya hecho. De vez en cuando me presentan a alguien por primera vez y esa persona me dice: «¡ah! ¿tú eres tripu?». Y cuando quiero rescatar una idea o una opinión propias para compartirla con alguien en un formato preciso y ordenado, una URL apuntando a una entrada en este blog o a una sección en Vīta a menudo es el recurso perfecto para mí:

«Además de obtener este provecho escribiendo sobre mí, he esperado otro: que, si se daba el caso de que mis inclinaciones agradaban y convenían a algún hombre honesto antes de mi muerte, intentara que nos reuniéramos. Le he dado mucho camino ya hecho, pues todo aquello que un largo conocimiento y trato podría haberle reportado en muchos años, lo ha visto en tres días en este registro, y con mayor seguridad y exactitud. ¡Qué divertida fantasía!: muchas cosas que no querría decir en privado, las digo en público; y sobre mis saberes y pensamientos más secretos, remito a mis amigos más fieles a una librería.»

«Noto este provecho inesperado de la publicación de mis costumbres: que me sirve en alguna medida de regla. A veces se me presenta alguna consideración de no traicionar la historia de mi vida. Esta pública declaración me obliga a seguir mi camino, y a no desmentir la imagen de mis hábitos.»

Como siempre he dicho: viajar y hacer turismo es un pobre sustituto de la experiencia veradera (vivir en esos otros lugares):

«Viajar me parece un ejercicio provechoso. El alma se ejercita continuamente observando cosas desconocidas y nuevas. Y no conozco mejor escuela para formar la vida, como he dicho a menudo, que presentarle sin cesar la variedad de tantas vidas, fantasías y costumbres diferentes, y darle a probar la tan perpetua variedad de formas de nuestra naturaleza.»

«Ciertamente, la mayor molestia de mis viajes es no poder tomar la decisión de fijar mi residencia allí donde me plazca; y que siempre deba prometer regresar, para acomodarme a las inclinaciones comunes.»

IP 

Michel de Montaigne: Wikimedia Commons (CC)