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Machismos

· 3 min read

Una muestra más de las actitudes machistas que aún pululan por ahí, y que atribuyen a las mujeres, de forma paternalista, un carácter fundamentalmente emocional y débil, relegando su competencia profesional y su independencia a un segundo plano. Un enfoque esencialista según el cual las mujeres, por ser mujeres, son inseguras y necesitan de afectos en el lugar de trabajo, víctimas de un ideal romántico de dependencia (fuentes y enlaces más abajo):

«Las mujeres, por miedo a no ser queridas viven en la impostura, un modelo de comportamiento femenino que tiene como objetivo adaptarse a las distintas exigencias para evitar el rechazo

«La forma femenina de estar en el mundo está marcada por el miedo a no ser queridas, y este miedo a no ser aceptadas convierte a las mujeres en sumisas, les impide demostrar su talento y provoca una actitud que envía al entorno un mensaje de búsqueda de protección, se infantilizan.»

«Se ha llamado el Síndrome de Maripili a las actitudes no conscientes de sabotaje que tienen las mujeres y son la consecuencia del miedo a no ser queridas

…solo que estas citas están extraídas de una fuente poco sospechosa de machismo (en principio): la web Liderazgo Femenino (no encuentro información sobre qué institución está detrás), ligada al I Congreso Internacional de Liderazgo Femenino, que tuvo lugar hace pocos días en Barcelona. Cualquier intento por eliminar discriminaciones a la hora de contratar mujeres y por llevar los salarios medios femeninos al mismo nivel que los de los hombres es muy loable. Esta web, y el congreso que han organizado, persiguen esos objetivos. Por eso les doy la enhorabuena. Pero a veces me da la impresión de que con «ayudas» como estas las mujeres no necesitan enemigos. Llevo un año haciendo estudios culturales, aprendiendo cómo se aprende acerca de la cultura. Me han hablado de cultura popular, cultura de masas, contracultura y Cultura con mayúscula. He leído acerca de culturas hegemónicas, minoritarias, mestizas e híbridas; manipulación cultural, teorías y escuelas diversas, distintas interpretaciones. Hemos leído artículos sobre la cultura homosexual en EEUU, sobre el reduccionismo que asimila las culturas de Asia Oriental a un puñado de estereotipos, sobre grupos que se identifican con la cultura popular audiovisual japonesa, sobre las connotaciones culturales de ciertos códigos de conducta sexual y de relaciones afectivas entre las personas… Y sin embargo, ninguno de los artículos que he leído mencionaba siquiera «la cultura de los hombres» ni «la cultura femenina». …hasta que Liderazgo Femenino ha descubierto que las diferencias entre hombres y mujeres en el entorno laboral se deben a un choque entre dos culturas diferentes, nada menos:

«Las mujeres somos una cultura diferenciada [sic] y por ello tenemos una manera de ver y una manera de no ver [sic] y unos miedos incorporados a esas percepciones. Las mujeres nos colocamos en el mundo con miedo a no ser queridas, con miedo a no ser aceptas [sic] y para tratar de evitar el rechazo impostamos nuestra identidad, nuestros deseos, nuestra voz.»

Pero, por encima de todo, que quede claro que la línea de Liderazgo Femenino no es machista:

«El liderazgo femenino aparece cuando nos autorizamos a vivir según nuestra identidad, al margen de los estereotipos. Y es entonces cuando encontramos este sereno poder, somos poderosamente femeninas y creamos entornos de respeto

Lo dicho: con estas ayudas…