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Welcome to planet Gymkhana

· 4 min read

Still picture from
“Avatar”

Warning: moderate spoilers ahead (unless you've watched more than four mainstream American films in the past decade, that is!)

So there is this exuberant planet Gymkhana, one with whimsical gravity forces, flawless foliage with neon-like sap, and its own cute indigenous take on practically every terrestrial animal species, only much larger and colourful and maybe with an extra pair of legs or something. Planet Gymkhana is inhabited by an ancient race: the descendants of a praiseworthy hybrid between Jar Jar Binks, a bunch of elves hailing from Middle Earth and the puny aliens from “Close Encounters of the Third Kind”, plus a dash of the Smurfs. The people of Gymkhana spend their days hunting, jumping, flying, diving and running around. That is how their planet got its name. There come the baddies — easy to spot by their lack of feelings, the corporate greed they defend, the caliber of their biceps, or a combination of the above. Then there is a scientist, Ripley, who knows stuff and talks in science-speak and is far more sensible, if also too naïf for the toughness of the situation. Then there is the goodie, who also has strong biceps, is a bit stupid and takes great pride on not knowing a thing about planet Gymkhana, its native population or anything at all for that matter; but he is good. He is an American hero. They don't say that in the film, but you can tell from the beginning. The baddies want the money, the goodies have got feelings, you know the rest. Of course, the ignorant jarhead achieves tons more than the witty scientist with all her funny speak and her books (boys and girls: you get the moral of the story!). The goodies don't have a chance to win (it's the future and they're shooting arrows, for Christ's sake), but the planet is so cool that, man, the laws of physics rock around pages 68 and 114 of the screenplay, right there when they are most needed. And when, in spite of all that, their cause seems lost, good old deus ex machina does it.

Still picture from
“Avatar”

The goodie just looks the girl in the eye and coughs and she feels all the screws coming loose in her body. She falls in love, then she rejects him very badly, then something happens and he's great and she wants him again even more badly. There is the nice expendable soldier who is sensible and helps the goodies and dies at the end. You've got everything! There is even the younger, geeky scientist who is unable to strike a match but feels somehow threatened by the beefy main character, so he makes some lousy attempt at becoming the hero of the story (but he can't because he ain't on the frickin' movie poster). The story is also a metaphor of what's going on in planet Earth. There are clear hints on the ideas of invasion, preemptive strikes and a military that refuses to learn anything from the culture they're just about to anihilate; and even more explicit references to “fighting terror with terror” and a “shock and awe” operation (!). In spite of it all, I quite liked “Avatar”. So I guess I should say something positive about it now. “Avatar” in 3D is a feast for the senses — and a moving one, too. Just too much of cheap shamanism for me, and too many plastic bricks supporting a predictable script. I found it extremely beautiful and evocative, and great fun to watch. James Cameron certainly hasn't “reinvented cinema” (bah!) but this film might well be one of those fantasy/action/CGI films that stay in our memory forever, like “Terminator” and “The Matrix”.

Windows annoyances #481

· One min read

Important information crammed into a dialogue box which is tiny by default and (even worse) can't be maximised nor resized. The user is forced to scroll so many times to work with this window, eventually assuming that Microsoft is messing them around even harder than usual.

“Stupid Windows
interface”

Especially bad in this particular case, as there are two panels and the information displayed at the bottom depends on the selected item at the top. So it's not enough to scroll the upper list to read the bottom field — you actually have to keep on jumping between the two panels, sometimes to reveal just the odd line or two that remain hidden beyond the border of the text field. This criminal dialogue box (plus a few others like this one) has been happily living inside many flavours of Windows for years now. I reckon there must be a very good technical reason to keep things this shitty suboptimal, but I don't know it. Why? I mean, why?

Machismos

· 3 min read

Una muestra más de las actitudes machistas que aún pululan por ahí, y que atribuyen a las mujeres, de forma paternalista, un carácter fundamentalmente emocional y débil, relegando su competencia profesional y su independencia a un segundo plano. Un enfoque esencialista según el cual las mujeres, por ser mujeres, son inseguras y necesitan de afectos en el lugar de trabajo, víctimas de un ideal romántico de dependencia (fuentes y enlaces más abajo):

«Las mujeres, por miedo a no ser queridas viven en la impostura, un modelo de comportamiento femenino que tiene como objetivo adaptarse a las distintas exigencias para evitar el rechazo

«La forma femenina de estar en el mundo está marcada por el miedo a no ser queridas, y este miedo a no ser aceptadas convierte a las mujeres en sumisas, les impide demostrar su talento y provoca una actitud que envía al entorno un mensaje de búsqueda de protección, se infantilizan.»

«Se ha llamado el Síndrome de Maripili a las actitudes no conscientes de sabotaje que tienen las mujeres y son la consecuencia del miedo a no ser queridas

…solo que estas citas están extraídas de una fuente poco sospechosa de machismo (en principio): la web Liderazgo Femenino (no encuentro información sobre qué institución está detrás), ligada al I Congreso Internacional de Liderazgo Femenino, que tuvo lugar hace pocos días en Barcelona. Cualquier intento por eliminar discriminaciones a la hora de contratar mujeres y por llevar los salarios medios femeninos al mismo nivel que los de los hombres es muy loable. Esta web, y el congreso que han organizado, persiguen esos objetivos. Por eso les doy la enhorabuena. Pero a veces me da la impresión de que con «ayudas» como estas las mujeres no necesitan enemigos. Llevo un año haciendo estudios culturales, aprendiendo cómo se aprende acerca de la cultura. Me han hablado de cultura popular, cultura de masas, contracultura y Cultura con mayúscula. He leído acerca de culturas hegemónicas, minoritarias, mestizas e híbridas; manipulación cultural, teorías y escuelas diversas, distintas interpretaciones. Hemos leído artículos sobre la cultura homosexual en EEUU, sobre el reduccionismo que asimila las culturas de Asia Oriental a un puñado de estereotipos, sobre grupos que se identifican con la cultura popular audiovisual japonesa, sobre las connotaciones culturales de ciertos códigos de conducta sexual y de relaciones afectivas entre las personas… Y sin embargo, ninguno de los artículos que he leído mencionaba siquiera «la cultura de los hombres» ni «la cultura femenina». …hasta que Liderazgo Femenino ha descubierto que las diferencias entre hombres y mujeres en el entorno laboral se deben a un choque entre dos culturas diferentes, nada menos:

«Las mujeres somos una cultura diferenciada [sic] y por ello tenemos una manera de ver y una manera de no ver [sic] y unos miedos incorporados a esas percepciones. Las mujeres nos colocamos en el mundo con miedo a no ser queridas, con miedo a no ser aceptas [sic] y para tratar de evitar el rechazo impostamos nuestra identidad, nuestros deseos, nuestra voz.»

Pero, por encima de todo, que quede claro que la línea de Liderazgo Femenino no es machista:

«El liderazgo femenino aparece cuando nos autorizamos a vivir según nuestra identidad, al margen de los estereotipos. Y es entonces cuando encontramos este sereno poder, somos poderosamente femeninas y creamos entornos de respeto

Lo dicho: con estas ayudas…

Una vida sin objetivos

· One min read

Hoy he tropezado con esto:

«Si para ellos no existe un Dios , ¿como pueden vivir esos ateos? Mas racional que ellos me parecen (y se que es un mal ejemplo) los que dicen que Jesús e extraterrestre o que afirman adorar al señor de las tinieblas, y es que para los ateos la vida no debe de tener ningún objetivo, ninguna batalla merece ser peleada (para los ateos, claro esta), de que servirá todo lo que se vive, si nuestra existencia tiene limite temporal, a diferencia de la mayoría de las religiones que afirman existe una especie de vida eterna.»

— Timur

y ha hecho que me acuerde de esto:

The resistance is here

· One min read

“The Resistance” is here and apparently even before the official release in Europe (yesterday) some Burak Çalık had already set up a neat web site from which you can download Muse's new album via RapidShare. As an appetiser (and while you download the archive) check out this live performance of an established classic, “Starlight” (can't get enough of it), followed by one of the most interesting tracks from “The Resistance”: “Undisclosed Desires” (skip to 4:12 for the new song if you're in a hurry).

Génesis

· 4 min read

«Génesis»

Génesis es una novela corta de ficción científica de Bernard Beckett, un autor neozelandés poco conocido, publicada originalmente en 2006. Un par de guerras mundiales (nuevas) y varias pandemias (pandemias de las de verdad, no de estas que hay ahora) han azotado el globo. Platón, un magnate metido a salvador de la raza humana, se recluye en el archipiélago que llaman «la República» y consigue mantener a su sociedad de diseño aislada del resto del mundo mediante la construcción de la Gran Valla Marina. La República parece ser el último estado a salvo en la Tierra. Los pocos zombis infectados que consiguen llegar por mar hasta la Gran Valla son eliminados. En la República, la humanidad se ha reorganizado y aparentemente ha conseguido un equilibrio pacífico. La Academia es el organismo que dirige esta sociedad. En ese contexto, una joven opositora estudiante, Anaximandro (sic), discípula del filósofo Pericles, se presenta al riguroso examen de ingreso en la Academia. El tribunal está compuesto por tres funcionarios Examinadores que la interrogan acerca del tema en el que se ha especializado: la vida de Adán Forde, un personaje clave en la historia de la República. La novela arranca cuando Anaximandro (Anax para los amigos) se presenta ante el tribunal, y termina cuando lo hace el examen. La historia mezcla varios temas, y lo que los une a todos es un tono filosófico y metafísico sobre el devenir de la humanidad, la evolución, la tecnología y la sociedad, que a mí me ha parecido interesante. Durante su examen, Anax recrea con detalle un test de Turing (aunque no se le da ese nombre) que resulta bastante entretenido; una batalla intelectual (pero también emocional) entre Adán Forde y una máquina, a base de lógica aplastante y puyazos resentidos hombre-máquina. También se menciona el experimento de la habitación china. Se puede considerar una novela en tiempo real: el examen de ingreso de Anax en la Academia dura cinco horas (con descansos), y el libro se lee más o menos en ese tiempo (quizá con descansos). Son 158 páginas de letra gorda. Y quien no sea tan lento como yo leyendo literatura seguramente tardará bastante menos. No está mal la novelita. Te mantiene enganchado y se resuelve con sorpresa, aunque también con simpleza, y además toca de refilón temas que podrían dar más de sí: el apocalipsis, una sociedad de vigilancia y control y además estratificada (“Nineteen eighty-four” meets “Brave new world”), la IA, la esencia del Hombre y de la conciencia… Lo de reciclar nombres de filósofos e instituciones de la Grecia clásica en este contexto futurista no termino de entenderlo bien; supongo que son alegorías e ironías jugosas, pero como estoy pegado en Grecia, me lo pierdo. Como nota curiosa, en este libro la traductora, Gemma Rovira Ortega, propone la primera traducción al español que yo haya visto del acrónimo inglés SNAFU: «SINOMEPATO» :¬) Aviso que el artículo de la Wikipedia (en inglés) cuenta la trama con espóilers y lo desvela todo. Sigo con mi racha de leer libros regalados o prestados (este me lo pasó mi tío). Y al igual que me pasa cada vez que me pongo con libros pendientes, me pregunto dónde está el equilibrio entre leer lo que los demás te recomiendan o proporcionan y lo que a ti realmente te apetece. A raíz de eso, tres preguntas al aire relativas a the pila:

  1. ¿Os medio forzáis a leer los libros que os regalan o prestan, aunque algunos os interesen sólo regular?
  2. En caso afirmativo, ¿dais abasto para leer esos, más los que vosotros elegís?
  3. Y finalmente, ¿aplicáis algún algoritmo para decidir el próximo libro a leer de entre los regalados? En otras palabras, ¿FIFO o LIFO?