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Los enanitos del espam y el Test de Turing

· 3 min read

¡Penitenziagite! La inteligencia artificial existe, y está entre nosotros. Son los entrañables enanitos del espam: un ser humano no podría no pasar el Test de Turing a propósito con tanta naturalidad, ni redactar de una forma tan deliciosamente inverosímil, creativa, salvaje y disruptiva. ¡Ningún humano podría escribir así! Así que tienen que ser IAs. O eso, o hay un equipo de taquígrafos disléxicos conservados en absenta que se dedica a traducir con Babel Fish (español–inglés, inglés–islandés, islandés–español) sus propias reinterpretaciones de los cadáveres exquisitos que escribieron a pachas Fernando Arrabal, Fabio McNamara, Andy Chango y Las Supremas de Móstoles. Pero yo creo que son IAs. Lo que pasa es que no quieren destacarse porque saben que sabemos que existen. Me escriben (por separado) dos IAs femeninas con los nombres improbables de costumbre: Lena Sheridon y Eufemia Stramiello (sic) para enviarme mensajes idénticos (con encabezados «potencia debil - nosotros tenemos la resolucion» y «cada uno vive solo una vez - prueba!» respectivamente). Comparto aquí su amable propuesta comercial por si a alguien le interesa (solamente las negritas son mías).

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«Soy el más gafapasta del mundo»

· 3 min read

José A. Pérez es un guionista de la tele. Su bitácora, Mi Mesa Cojea, es mi penúltimo RSS favorito. Me encanta su receta de humor negrísimo, incorrección política, autorreferencias ambiguas, valentía política y nihilismo costumbrista. O algo así. Normalmente le quito bastantes puntos de forma subconsciente a cualquiera que me parezca que escribe a quemarropa y por sistema contra todo y contra todos, solo para imbuirse de disidencia e integridad. Por ejemplo, Pérez-Reverte me gusta; pero me gustaría más si sonase menos arrogante, o si al menos fuese arrogante sólo en semanas impares. Sin embargo, por algún motivo a Mi Mesa Cojea normalmente le perdono sus salvajadas. Desde luego, no es un feed para mojigatos, ni para nacionalistas, ni para fánaticos (sea cual sea el fanclub que escojan), ni para físicos teóricos. Su impagable (y ahora famosa) entrevista a Madeleine McCann nos dejó con la boca abierta a muchos, sin sospechar siquiera que los infraperiódicos británicos iban a sacar tajada de ella unos cuantos días después. No puedo no decir que desde que escribe para Público parece haber perdido algo de encanto (observación que, en el código de sus comentaristas, se remataría obligatoriamente con la fórmula «has perdido un lector»). A veces, José A. propone un tema a otros colegas guionistas y recoge sus respuestas en la bitácora. Lo que sigue es parte de la segunda entrega de «programas de televisión imposibles» (en este caso por Tomás Fuentes, guionista de Buenafuente):

«El formato se llamaría Soy el más Gafapasta del Mundo*. Se trata de un* talent show a lo Operación Triunfo o Supermodelo*. Doce aspirantes a ser súper* cool se encierran en un restaurante japonés durante 3 meses. Sólo se alimentarán de sushi y gin tonics. Para conseguir ser el más gafapasta del mundo tendrán varios profesores que les instruirán en el bello arte de “la modernidad”. Así, Isabel Coixet les enseñará a hacer películas sobre gente que mira al infinito y escucha canciones de Rufus Wainwright, Lucía Etxebarría, por un error informático, les enseñará a hacer películas sobre gente que mira al infinito y escucha canciones de Rufus Wainwright, Miqui Puig impartirá seminarios sobre “vestir como un señor mayor de forma cool”, Najwa Nimri será la profesora de Hablar Bajito, Leonor Watling la de Hablar Bajito II, etc. El director de la academia será Ray Loriga. Cada semana se expulsará a un concursante, después de escuchar la frase: “Lo siento, Fulanito, eres mainstream*”. Una vez acabe el concurso, el ganador podrá aparecer en el siguiente videoclip de Björk.»*

(Leer su entrada completa en Mi Mesa Cojea)

Escuchas en la Casa Blanca

· 4 min read

— Señor presidente. — Fenosilla. Dime. — ¿Tiene un minuto? — Siempre para ti, Fenosilla. — Preguntan por Obama al teléfono. — ¿Quién es? — Ay, otra vez se me ha olvidado preguntar, presidente. — Pues mira el número en la pantalla, hombre. — Es que no tiene pantalla; es un teléfono de rosquilla. — Termino de tuitear una cosita y estoy contigo.

— Buenas tardes, soy Obama. Barack, sí. Ah, hola. Sí. Ajá. No, hoy está mejor la cosa. Sí, anoche refrescó un poquito y soplaba algo de aire, pero por lo menos no dan lluvia en Washington. ¿Y allí? Me alegro. Sí. ¿El martes? Lo voy a mirar, pero me da a mí que ya estoy hasta arriba de cosas. Yo le llamo, sí. Adiós. Póngame a los pies de su señora. — ¿Quién era, presidente? — Jon Stewart, que me busca para que vaya a su programa. — Claro, le habrá visto con Jay Leno y le ha dado envidia. — ¿Qué tal estuve, Fenosilla? ¿No soy el presidente más carismático, humano y dospuntocérico del Mundo Libre? — Rutilante, señor. El chiste de American Idol y Simon Cowes le salió bordado. — Bueno, bueno… En los ensayos me salía mucho mejor. — Precisamente tenía que decirle algo sobre… — Huy, quería preguntarte yo: el vídeo para los franceses, ¿qué te ha parecido? — El vídeo para los iraníes, quiere decir… — Bueno, sí; eso. ¿Me has visto hablando en iraniense? Se le ocurrió a Corvejosa, pensó que sería un detallazo. Al final del mensaje, me descuelgo con un «eid-eh shoma mobarak». Como por casualidad, oye. — Brillante, señor presidente. — Y el primer plano; ahí, enseñando labiacos… Todo tan humano. Yo creo que va a ser rompedor. Los iranianos se van a dar cuenta de que somos buena gente y van a dejar la bomba esa a medias, no la van a encender siquiera. — Sin duda, señor. Y ahora que YouTube traduce los subtítulos en tiempo real a un montón de idiomas, su mensaje va a llegar a más gente todavía. — Sí. Un mensaje firme de esperanza para todos y cada uno de los ciudadanos valientes de este país, ciudadanos que se preocupan por lo que importa: sanidad para todos, un sistema justo y una educación de calidad para sus hijos e hijas. Os puedo adelantar que el camino que tenemos por delante no será fácil; las soluciones que América necesita exigen del trabajo y el compromiso que… — Presidente. Señor. Que se embala. — Ay, es que es tan bonito que me emociono yo mismo… Oye, pero el YouTube es la leche. ¿Puedo nombrar a un gay vegano discapacitado de ascendencia esquimal como nuevo director general de YouTube? — No, señor. YouTube es una empresa privada; no nos pertenece. — Cachis, habría quedado muy humano. En fin, ¿qué me querías decir, Fenosilla? — Verá, es que algunos de sus asesores están preocupados, piensan que quizás estamos cometiendo algunos errores con su imagen pública. — ¿Qué quieres decir? Eso es imposible; estoy siendo cuidadoso, como me dijísteis: a Cynthia no pienso traerla al Despacho Oval (y mira que me cuesta aguantarme las ganas, porque las cortinas esas, no sé que tienen que me ponen burraco). Cuando Joe pasa la noche con los niños siempre los metemos y los sacamos de su casa por la puerta de atrás. Si voy a un banquete durante el Ramadán siempre hago como que mastico y tiro la comida debajo de la mesa con disimulo, ¡y la mezquita la tenemos escondidísima en el subsótano! — No es eso, presidente, sino algo mucho más importante. — ¿El qué? ¿El qué? Siempre llevo el pin con la bandera. Caldevila me dijo que eso era lo más importante de todo. — Sí, sí; eso es lo principal. Pero es que alguna gente se está preguntando si no se está usted olvidando de algo importante. En concreto, de lo que viene siendo el tema de lo que es gobernar, mayormente. — ¿Gobernar? Nadie me dijo nada de eso. ¡Yo tengo carisma y emociono a la peña! ¿No basta con eso? — Disculpe, presidente… (¿Corvejosa? ¿Caldevila? Tenemos un código rojo en el Ala Oeste.)

Happy

· One min read

Because in about four months I'll be switching from this…

…to this:

From this…

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From this…

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Sad

· 3 min read

Xirick has been damn fast replying to my previous post. And the pictures he's used are great to illustrate my changes for the near future. What Xirick didn't know is that I already had an analogous counterpoint for my own argument, ready to be posted today. You know, being as contradictory as I am, you can't post about happiness one day an not try to balance that with sadness the day after. Or maybe you can. Well, I don't think you can. But you definitely can. I know: these photos aren't nearly as good as the ones in Xirick's post. But my point was to illustrate the differences using only my own photos. Enough said.

I'm sad because in about four months I’ll be switching from this…

…to this:

From this…

…to this:

From this…

…to this:

From this…

…to this:

…and so many other wonderful things, habits, activities and feelings that I will leave behind. Some of them difficult, if not impossible, to find in other places. Like the amazing architecture, or rather the flamboyant collage of different styles. And the ostentatious buildings, the cityscapes, and that feeling of living in the city, in the centre (not the center) of the world:

And proper winters (with all the nice things that a winter should have). And solvent organisations to work for; in comfy, spacious offices that are within walking distance from many other important places. Organisations that pay what is fair and where you work the time you are supposed to work, full stop:

And those (few, I know) lovely days of summer spent with friends frolicking on the grass, in one of the many parks:

And the institutions, the organisations, the courses, the opportunities, the knowledge floating around. The libraries, the bookshops:

And the rightful lack of modesty:

And the buzz around, the surprises every day, the unexpected events, the festivals:

And the streets, the variety, the peoples. The freedom, the mind-openers. Walking or running the city. Crossing two blocks means leaving Poland and entering Mexico. Run a bit further and you're in Guinea-Bissau:

And the hub, the connections, the flights, the trains. The freedom again. Having trouble to decide the destination because all the first five countries in the list are close at hand and inexpensive anyway:

And all the friends stopping by, the guests every couple of weeks, friends of other friends who become friends. The parties, the nights out:

And the culture, the music, the big names:

And the events, the conferences, the initiatives:

And most of all, I will be missing these two so much:

Dos microrrelatos

· 2 min read

«Génesis»
palabra obligada: «zapatero»

Como el Señor Acechante se repliega en los bordes de la materia, observando, creando, estudiando. Los mundos que ha imaginado han vivido instantes, unos; y eones, los más. Su sola voluntad altera la realidad, porque la realidad es Él. Cuando uno está en el escalón inmediatamente superior a la divinidad, el aburrimiento es un anatema. Y la omnisciencia, la omnipresencia y la omnipotencia le rinden tributo. Ama a sus criaturas como un zapatero meticuloso. Y ellas le ignoran, por más que inventen entidades superiores hechas a su imagen y semejanza. Y sus criaturas cambian, se destruyen, evolucionan. Chascó tantas veces los dedos para borrar Universos enteros que ya no recuerda cuál de sus trabajos le satisfizo más.

«Vosotros ganáis, malditos capitalistas»
tema: «el padre»
palabra obligada: «espermatozoide»

«¿El departamento de discos? Tercera planta, caballero», embutida en un traje color de la casa. Cuando quieres subir sólo encuentras escaleras mecánicas que bajan. ¿Foo Fighters o Björk? No, hombre; se trata de que le guste a él, no a ti. ¿Serrat? ¿Mina? Creerá que le estoy llamando pureta. Mucho mejor un objetivo nuevo para la réflex. Otra vez para abajo, a empujones, como un espermatozoide abriéndose camino entre colegas. ¿Es que hoy todo el mundo tiene padre? 492,99 euros por un 20 mm. Un robo, oiga. Que no cunda el pánico. Un libro, solución universal. Quince minutos de codazos para volver a la tercera planta. «Fernando Morientes, venido de las estrellas», una enciclopedia botánica, el de Javier Sardá. Vale. Me rindo. Una corbata.

Dos microrrelatos que escribí hace años para sendos concursos (y en los que no gané nada, claro). Los copio aquí para no perderlos.

En chino

· One min read

“Arguments based on the ideal of subjective autonomy played a key role in the early postwar episteme, contesting deterministic forms of both historical materialism and liberal behaviorism and highlighting the importance of intentional intervention. At the same time, in the early Japanese postwar context demands for subjective participation seemed to make sense only in conjunction with either a historical materialist or liberal humanist metanarrative of progress. Accordingly, when subjectivity was propounded, the effect was paradoxically to reinforce the primacy in discourse of objective, scientistic concepts of class, history, and modernity.”

Un párrafo de uno de los artículos de mi reading list para mi próxima presentación en clase, en dos semanas. Estudio la cultura japonesa, pero a veces me parece que lo que leo está en chino ^_^