Esta noche me
encontré volviendo a casa en el metro y sin ninguna lectura. Lo único
que tenía encima es el cuadernito que suelo llevar en la mochila cuando
salgo de casa, así que me puse a hojearlo. Ese Moleskine fue también mi
cuaderno de viaje en Japón el año pasado. Así que releí algunos pasajes
que tenía olvidados, y fue muy gustoso. En concreto, me alegró revivir
las sensaciones del día en que fui a visitar la ciudad de Nara
(奈良),
antigua capital de Japón. Fue un Instante de Felicidad Pura delante del
templo budista de Tōdai-ji
(東大寺).
Copio aquí el apunte sin cambiar ni una coma. Las fotos son algunas de
las que tomé ese día, y corresponden exactamente a ese momento.
Miércoles. Dos cosas que tengo que
apuntar antes de olvidarlas. En información turística, aquí en Nara,
una mujer japonesa me explicaba en inglés el recorrido recomendado x la
ciudad (pueblo, más bien). Yo solo había dicho «Konnichiwa. Do you have
a map, please?» Y le había dicho, cuando me lo preguntó, que era español
pero vivía en UK. Estaba asintiendo a sus explicaciones, cuando de
pronto se para y dice: «I don't like stereotypes, but you don't look
Spanish. You are very reserved. How long have you been in the UK?» Me
sorprendió, pero no pude por más que reirme y darle la razón. Serán las
artes adivinatorias milenarias del sintoísmo… [Ahora me pregunto qué
clase de españoles habría encontrado la mujer antes…]
La otra cosa ha pasado aquí, en las escaleras delante del templo de
Todaiji, el más famoso de Nara. El día es soleado, y de camino al templo
he ido viendo grupos numerosísimos de colegiales japos, todos
uniformados, haciendo fotos y siguiendo a los profes. Hay muchísimos
ciervos mezclándose libremente con la gente; son muy bonitos. Se supone
que esto es un parque, pero parece un bosque. Hay árboles muy altos, y
la hierba y la vegetación están muy verdes, para ser ya finales del
verano. Estaba justo delante del templo, que es enorme, admirando la
arquitectura (hay fotos). A unos 150m, en unas escaleras que hay justo
al inicio del paseo que lleva a la entrada. No hay edificios modernos a
la vista; todo es verde, templo, y los edificios anexos. Entonces ha
pasado una pareja occidental de turistas, con una niña pequeña preciosa,
rubia. Un grupo de colegiales japoneses [no, coreanos] la han visto
cuando ha pasado cerca de ellos, y, sobre todo las niñas, se han
acercado sonriendo y han empezado a hablarle en inglés. La madre se ha
acercado al grupo sonriendo y en un momento la niña estaba rodeada de
niños mayores, haciéndole fotos, preguntándole su nombre y su edad.
Todos sonreían, y la niña estaba un poco intimidada, refugiándose a
veces contra su madre, que la cogía de la mano y la animaba a hablar.
Parece que tenía 2 años, y tenía un pelo rubio precioso, con unos rizos
grandes. Mientras observaba, más estudiantes me rodeaban a mí, según
llegaban y se dirigían al templo. Cuando la niña occidental se ha ido,
los colegiales que le hacían fotos han desplegado de pronto una pancarta
y han posado detrás de ella, con el templo al fondo (hay foto). Todo
parecía gente alegre y sonriente a mi alrededor, sin preocupaciones.
Junto con la vista del templo y sus jardines, ha sido para mí
«overwhelming». Yo mismo me siento ahora tranquilo, libre. Puedo hacer
lo que quiera ahora, y mañana… Y solo observar a la gente en sitios como
éste ya es una gozada.